El objetivo de los impulsos de iones es dañar,
deshabilitar o interferir en los ordenadores y componentes electrónicos
de las aeronaves enemigas, de manera que queden desguarnecidas durante el tiempo
necesario para acometer abordajes, ataques o preparar una huída.
El
principio físico de las armas de iones se basa en la carga en una turbina
de un generador de grandes pulsos de iones negativos, liberados contra
objetivos, bien a través de un gran pulso o bien a través de una carga
de plasma.
Los efectos sobre vehículos aerospaciales
son muy variados, ya que el impulso de iones es capaz de incluso fundir
componentes electrónicos, descargar escudos, deshabilitar droides, pero donde
básicamente las consecuencias finales sobre las aeronaves son las
mismas: toda la mucha o poca tripulación de la aeronave que quede ionizada, focalizará toda su atención en
restablecer los elementos perjudicados.